Cuando una emergencia nos afecta, una de las principales preocupaciones que tenemos es el flujo de nuestro dinero. Para tener control hay que mantener la calma y replantearse cómo gestionar los gastos.
- Evita realizar gastos innecesarios
Ante el caos, las personas se desesperan y procuran abastecerse en grandes cantidades de productos de primera necesidad u otros artículos no indispensables. Hay que evitar las compras excesivas de productos perecibles, aunque los demás si lo hagan. Tampoco te dejes influenciar por promociones de bienes o servicios que no necesitas por el momento. Por esta razón, en calma, verifica la situación y define qué es lo indispensable para ti y tu familia, por sobrevivencia y salud, la capacidad de almacenamiento y tus recursos económicos. - Realiza un presupuesto basado en la nueva realidad
Si tu presupuesto mensual o anual depende de tus ingresos fijos, tienes que prepararte ante un posible cambio de tu situación laboral. Es el momento ideal para elaborar un nuevo cálculo que esté de acuerdo al nuevo contexto. Identifica los valores netos con los que cuentas actualmente, revisa a detalle los gastos desde que inició la crisis y reorganiza tus prioridades. Adicionalmente, es de suma importancia tener un fondo para emergencias, salud y el monto necesario para la bioseguridad de tu familia. - Desarrolla una fuente alternativa de ingresos
Si además de ajustar tu presupuesto, te falta dinero para cubrir otras necesidades, debes pensar que está en tus manos asegurar ingresos adicionales. Aprovecha tus habilidades para producir y ofertar bienes y servicios que otros necesitan adquirir. Otra opción es potenciar tus espacios de trabajo, considerar ponerlos en renta o compartirlos, para reducir costos. - Evalúa tus gastos extraordinarios
Las actividades sociales se redujeron y ahora tienes la oportunidad de aprovechar ese monto para ahorrar o invertirlo de otra manera, por ejemplo, en actividades al aire libre en contacto con la naturaleza. Esta forma diferente de usar tu tiempo de descanso puede ayudarte a desarrollar nuevos hábitos, que contribuyen a mejorar tu estado de salud y que además pueden ser más económicos.
* Este artículo tiene un fin educativo y no constituye una oferta de productos o servicios de Banco Internacional.
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