- Los bonos azules son un mecanismo financiero que permite proteger océanos y fuentes de agua dulce, además de tener un beneficio económico.
- El Presidente de la República Guillermo Lasso, anunció una ampliación de 60.000 kilómetros cuadrados en la reserva marina de las Islas Galápagos, con la finalidad de precautelar los ecosistemas.
Quito, agosto 2022.- El vertiginoso crecimiento del mercado es tan espectacular como necesaria la implementación de iniciativas para conseguir un futuro sostenible. Día a día son más las empresas, personas y ONG´s que se suman a esta iniciativa, quienes a través de diversas estrategias y acciones buscan reducir o mitigar su impacto al planeta.
La economía azul es una temática nueva en Ecuador, por lo que, además de ser un factor fundamental al momento de crear conciencia en la sociedad, también tiene como objetivo promover el crecimiento económico, basado en la preservación de los ecosistemas marinos y la sostenibilidad medioambiental.
El presidente Guillermo Lasso anunció una ampliación de 60.000 kilómetros cuadrados en la reserva marina de las Islas Galápagos. Con esta propuesta se abarcaría un total de 133.000 kilómetros cuadrados de las aguas del archipiélago que corresponderían a una reserva marina protegida. Mónica Calvopiña, bióloga marina y miembro de la organización “Más Galápagos”, menciona que la ampliación genera dos beneficios: “canjear la deuda y conservar organismos vivos que a futuro nos generarán muchos beneficios a los ecuatorianos”.
Bajo estos antecedentes, los bonos azules, son un mecanismo financiero que permite proteger océanos y fuentes de agua dulce. Esta innovadora estrategia enfocada en la conservación, demuestra que, además de tener un beneficio económico para el país, representa una segunda ganancia en relación a la protección de las especies marinas y a la vez un beneficio ambiental, al reducir la contaminación.
Jaime Carrera, experto económico y miembro del Observatorio de Política Fiscal, comentó que los bonos azules son una oportunidad que le permite al país negociar el acuerdo de canje de deuda por mares. Lo cual además de representar un punto a favor en la economía, también indica un avance en cuanto a responsabilidad medioambiental.
En relación a la industria financiera y el papel que ejercerán en el país, Marcela Ponce, Líder de financiamiento climático de la Corporación Financiera Internacional (IFC), sigue de cerca el trabajo que realizan los bancos en el ámbito de las finanzas sostenibles y afirma que: “como principales proveedores de capital, especialmente en los mercados emergentes, el sector bancario desempeña un papel esencial en el impulso de la transición hacia la sostenibilidad al promoverla en todas las industrias y comunidades”.
De acuerdo con Ponce, Ecuador cuenta con un enorme potencial en economía azul: «Las oportunidades son particularmente palpables debido a sus características ambientales. Con una costa larga, las actividades marinas generan empleos e ingresos y facilitan la pesca sostenible. Como ejemplo, solo en la industria camaronera estimamos un potencial de inversión entre US$400 y 800 millones.»
Desde varias aristas se puede visualizar que la economía azul es un instrumento innovador, un mecanismo de respaldo financiero, que permitirá al Ecuador, ser un punto de referencia para otros países y a la vez crecer como sociedad, contribuyendo a un cambio positivo, con el fin de fomentar el cuidado responsable del medio ambiente.
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